jueves, junio 22, 2006

HIJOPUTA DE LA SEMANA


Federico Jiménez Losantos


Érase una vez un país que despertaba de un largo letargo, marcado por la severidad y la dureza de un arduo, duro, y por qué no decirlo, que para eso vivimos en un estado que defiende la libertad de expresión, jodido régimen. Pero, el causante de este agudo malestar, el Caudillo Francisco Franco, al que a partir de ahora pasaremos a llamar Paquito el Chocolatero, como cierto amigo mío que prefiere que se le llame Fran, porque lo de Paco no lo aguanta mucho, un día murió, no de esa forma que lo había hecho su amigo del alma Carrero Blanco, cuyo sueño era volar, y voló, y voló, y el cielo traspasó. Paquito había dejado el país hecho unos zorros, a excepción del detalle de dejarnos la Seguridad Social, qué pena que los yankees no puedan decir lo mismo.
La Transición hizo olvidar esa dictadura Paquitera tan nociva para la salud, es que si los grises te pillaban, te dejaban fino.
Y todo era felicidad y alegría en ese lindo estado llamado España... Pero de repente las ondas empezaron a temblar. Un infraser surgido del averno empezó a vociferar. Decía que el país se iba al garete, que las realidades nacionales estaban violando la constitución. Su reducto de poder eran los increíbles dones que le proporcionaba su emisora particular, la C.O.P.E. (Cansinos Obispos Posiblemente Enervantes), la cual irritaba el ambiente con tertulianos acólitos y unidireccionales en su modo de pensar, y dicho satanás proporcionaba su Biblia particular a taxistas y españoles de bien, manipulando sus enfermas mentes cual naranja mecánica, y eran legión sus admiradores que compartían la idea de que había que eliminar a Zapatero de la faz de la tierra, que a ver si maricomplejines Rajoy despertaba y ponía todo en su lugar, y que si España ganaba en el fútbol era porque había que desviar la atención por el follón que causaban el Estatut, las bodas entre personas del mismo sexo y ese pacto fatal con esos asesinos vascos cuyo nombre intentaban eludir. Y sus palabras iban a misa, que para eso era la emisora eclesiástica. Y que luego esté yo en el paro, y acepten que alguien amenace de muerte a un presidente del Gobierno, diciendo eso de "sabemos donde vives"... Sí que se va España al garete, sí, y con titiriteros sociales como este comecocos, aún más. Líbranos, señor, de la nefasta influencia que generan individuos así. Amén.