miércoles, febrero 24, 2010

LA GRAN MENTIRA DE... HEIDI

Sí, esa niña con pinta de buena y de no haber roto un plato nunca, era un poquillo falsa. Mucho cantar eso de "nunca de ti me alejaré" al abuelito, pero a la que le dieron la posiblidad de vivir en una mansión no se lo pensó dos veces. Adiós cabras, adiós choza y adiós abuelito.

Aún así pagó caro su error. La educaron con clases particulares, tuvo que cuidar de una niña inválida (y sin que le pagaran por cuidar de una persona dependiente) y además aguantar el genio de la Señorita Rottenmeier, que era más pesada que el estómago de Don Pimpón...

Ah, como dicen los yankees, el mal se paga. Por cierto, esto es de coña, aunque de lo que voy a hablar mañana me hubiera gustado que hubiera sido de coña. Pero eso será mañana... Y ahora algo que hace tempo que no hago. Muahahahaha (echaba de menos echar una risilla friki, lo siento)