domingo, febrero 14, 2010




MI DIARIO MARCIANO (PRIMERA PARTE)

POR NATXO HATXE (ESCRITOR EN SUS RATOS LIBRES)

A todos los seguidores de mi blog: este domingo inauguro esta sección que nos va acompañar todos los domingos, espero que os guste. Por supuesto, es para todos los públicos. Es un diario inventado, acerca de... mejor no lo destripo y lo leéis, que si no luego se me acusa de spoilér. Total, para que una vez que digo que Bruce Willis estaba muerto en el “Sexto Sentido”... Qué poco aguante tiene la gente.

12 de Enero de 2010

Mi madre es rara, rara, rara... ¿No me da a elegir entre expresar mis emociones o ir a visitar a su “amiga”? Claro, sabe que me gustan tanto los psicólogos como a Harry Potter “el que no debe ser nombrado”. Y aquí me tienes, inmerso en escribir ese recurso propio de niñas enamoradizas, tontas y adictas a los culebrones.

Si no me hubiera dado por ir al despacho del director. Pero es que uno es obediente por naturaleza. Por cierto, llevo un rato hablando y no he tenido a bien presentarme. Me llamo Jorge, pero podéis llamarme George, por favor. Odio los nombres españoles, y sí, ya sé que vivo en España, en Zaragoza, para ser más exactos. Me gusta el heavy metal, los juegos de rol, las películas de terror donde haya sangre en abundancia y... bueno, el cine americano. Todo lo que sea cine americano, aunque sea un drama lacrimógeno. Aunque este último lo intento evitar, “Los puentes de Madison” no me dejaron buen sabor de boca cuando lo vi con mi... madre.

El motivo de redactarte... pues un escupitajo del que soy inocente. Sucedió en un recreo, hace unos días. Uno de mis compañeros (no soy un chivato, no te pienso delatar quién fue) vio la calva impoluta del director del instituto mientras que charlaba con la jefa de estudios. El bueno de “Bola de Billar” o “Number eight” como le llamamos cariñosamente en clase. Aquella calva brillaba más que nunca, ya que los fríos heladores del cierzo habían dado paso a un extraño sol. Ya sabéis como es esta ciudad, aunque sea por unos días y siga siendo invierno, a veces te sale un sol de la nada y lo ilumina todo. Y yo que veo cómo ese compañero de clase ve lo mismo que yo, y decide refrescarle con su baba su seca coronilla. Ver cómo descendía poco a poco la salivilla de sus labios y daba a parar en su cocorota fue tan gratificante... hasta que crucé la mirada con mi “compañero”.

Debería haber hecho más amigos, pero nuestro instituto no goza de muchas actividades extraescolares que se diga. La crisis, que si recorta presupuestos, políticas del centro que no entenderíais... Bueno, lo que nos llega a nuestros oídos de alguien que se lo oyó decir a alguien que había hablado con nuestros representantes en el Consejo escolar.

Pues eso. “El compañero” me empuja contra la repisa de la ventana, yo que me empotro contra el radiador, el director que fija sus ojos en los míos como diciendo “Mírame bien, pues va a ser lo poco que te queda de ver en libertad en lo que queda de curso”. ¿El interrogatorio? Bueno, como diría el profesor de latín... “Tempus fugit”, aunque no demasiado rápido. No lo pasé “cum laude”. ¿Cómo preferís pasar el resto del curso escolar? ¿Estando castigados limpiando pasillos y retretes que huelen a cuadra... o pasarlo en el hospital? Los emos no contestéis, por favor, no quiero deprimirme aún más si cabe.
Pues nada, que acepto a regañadientes la “tentadora oferta” de mi madre. Por supuesto, fue la encargada de hablar con el director del colegio y de hacerle ver que sólo soy un chico joven, y que esta conducta seguro que me la ha metido en la cabeza Marilyn Manson, Eminem o Porta. Que ella se ocupaba de darme mi castigo en casa, y que en el colegio me obligaran a hacer lo que tuviera que hacer. Tuve que convencerla de todo tipo de formas para que no me cortara la restricción a Internet, y ella... me ha dicho que escriba esto para que ese castigo no se materialice. Y cuando acabe el tomo de este año, ella con gusto se lo pasa a su amiga, y dictamina con alborozo y alegría mi “salud mental”.

Desearía poder huír. ¡Vaya! ¿Ha sido mi imaginación, no? Un resplandor dorado entre las páginas... Ahhh, vaya, fijo que es la lámpara. Bueno, es demasiado tarde, será mejor que me acueste. No que quiero que mi madre, alias la recién divorciada porque mi marido no me hace las cosas como yo mando y ordeno, se mosquee. Ya, si eso, nos vemos mañana.

CONTINUARÁ... EL PRÓXIMO DOMINGO